Ya ha
empezado el 2016 un nuevo año, aunque eso cualquiera que lea esto en su debido
momento ya lo sabe, a pesar de que se celebra, yo no noto la diferencia de un
año a otro hasta que no estoy aproximadamente a finales de febrero y miro un
poco para atrás, me pasa como en el cumpleaños, a pesar de que ese día lleves
un año más de vida tu vida de verdad no cambia por ese simple hecho, tu vida
cambia con las posibilidades que tienes debido a esa supuesta experiencia
porque en realidad los años de cada persona ¿de qué sirven? Los años nos
proporcionan experiencias, pero los años en sí mismos sin esas experiencias y
oportunidades no serían nada, una persona que ha vivido encerrada en su casa,
solo comunicándose con sus familiares más cercanos, que no ha visto el mundo,
que no se ha relacionado con él, en definitiva una persona que no ha tenido
experiencias de vida, por mucho que tenga 16, 18, 30 o 50 años será como si
tuviera 2 o 3 porque es una persona que no tiene experiencia.
Un año
nuevo, en teoría y según cuentan, es un año lleno de nuevas experiencias y
oportunidades, sí es cierto, pero igual que cada nuevo mes tiene nuevas
oportunidades y cada nuevo día nos proporciona nuevas experiencias, sin embargo
al cambio de año le proporcionamos una importancia mucho mayor ¿por qué? Puede
ser porque es un fin de ciclo, es decir, a partir del final de año los meses
vuelven a empezar, los días comienzan a correr, las fiestas se vuelven a
repetir, todo vuelve al principio pero nada será igual.
Otra
pregunta que me hago es ¿por qué el año acaba en diciembre y comienza en enero?
¿Por qué no empezar el año en septiembre? Seguramente esa pregunta dentro de
unos años cuando esté trabajando y mis vacaciones de verano no sean tan largas
como ahora, cuando cada septiembre no comience algo que de verdad sí hace que
mi vida cambie un poco con su inicio, esa pregunta no tendrá mucho sentido.
Actualmente y desde hace aproximadamente toda mi vida cada septiembre he
iniciado un nuevo curso escolar, doy gracias por ello, cada septiembre he
tenido que volver al colegio y empezar un nuevo año escolar, cada año ha sido
más difícil con respecto al anterior y cada año he aprendido cosas totalmente
nuevas para mí, tanto académicas como personales, actualmente para mí tiene más
sentido hablar de un cambio de año en septiembre que en enero y creo que al
igual que a mí le pasa a mucha gente que conozco, porque la mayoría habla de
años refiriéndose a cursos, supongo, que como he dicho antes, con el paso de
los años, los de verdad, eso cambiará.
Nunca se me
ha dado bien eso de pararme a pensar y mirar todo lo que he hecho en el año
anterior, ver qué he aprendido, qué ha merecido la pena y qué no,
principalmente porque suelo mezclar los años y porque podríamos decir que
tengo mala memoria, pero este año lo he intentado y me he dado cuenta de que he
conocido a gente maravillosa, gente nueva y gente que conocía pero no tanto, me
he dado cuenta de que he cambiado mucho a lo largo de este año, me he fijado en
que he vivido experiencias increíbles que justo hace un año ni si quiera me
imaginaba que pasarían, he renunciado a algunas cosas y he conseguido otras,
pero seguramente esto también te ha pasado a ti y como a mí, te ha pasado
desapercibido hasta ahora mismo que te has parado, has dejado absolutamente
todo y has empezado a pensar en esa o esas personas que has conocido, en esos
pequeños cambios que has recordado, en esas aventuras que jamás imaginaste, en
todas esas cosas a las que has renunciado pero también en todas esas que has
conseguido, porque leyendo esto todo eso ha venido a tu mente, de forma
inconsciente te has dado cuenta de ello. Ahora te toca valorar cómo ha sido el
año y qué debes hacer para que este nuevo año, que a priori no parece cambiar
nada, pueda ser mejor porque todo puede mejorar, es más, todo mejora. Aprovecha
todas las oportunidades que te ofrece el año. Una persona que me ha enseñado
mucho me dijo una vez que cuando estas interpretando un papel y te metes dentro
del personajes, lo haces tuyo debes dejar que los impulsos fluyan por tu cuerpo
y debes dejarte llevar por ellos, en ese momento pensé que era incapaz de pegar
a un compañero sólo porque a mi personaje le apeteciera hacerlo, pero ahora me
doy cuenta de que ese día, el día que cogí todos los impulsos que pasaban por
mi cuerpo y los seguí, les hice caso y pegué una bofetada al pobre chico que le
tocó improvisar conmigo, ese día aprendí muchísimo más que lo que creía haber
aprendido y es que la vida es un teatro y cada uno interpretamos nuestro propio
papel. Debemos dejarnos guiar por los impulsos sin tener miedo a fallar o a
equivocarnos, siempre con conciencia y respeto pero nunca con miedo.
Después de
todo es posible que celebrar el año nuevo en enero sea sólo por tradición o
puede que tenga algún otro motivo, da igual que hables en cursos o en años, del
31/12/15 no hay mucha diferencia al 1 /1/16, pero es una buena excusa para
mirar atrás y pensar en todo un poco, para hacer nuevos propósitos y fijar
nuevas metas, lo importante es que lo hagas y sobre todo que las cumplas.