miércoles, 18 de mayo de 2016

LA QUE NO SE ENAMORABA

Ahora estoy sólo. Hacía tanto tiempo que no estaba solo, que se me había olvidado ese vacío que se siente en el corazón, te has ido y me has dejado aquí sin ninguna explicación.
He sentido la necesidad de buscar en todos tus cajones, al principio no sabía que buscaba ahora ya lo sé, buscaba una foto, una nota, una carta quizás, que me explicara el motivo de tu huida, el motivo de mi abandono. He tenido la mala suerte de encontrar entre tu ropa vieja esta carta manuscrita en una servilleta, no sé cuando la escribiste pero esto, esto es demasiado para mí...
"Creo que te quiero, creo que te quiero porque siento la necesidad de decírtelo, creo que te quiero porque me da miedo que conozcas algo de mí que no te guste y te vayas, creo que te quiero porque me da miedo que me hagas daño, porque sé que me dolerá mucho.
¿Y si tú no me quieres? ¿Y si soy sólo un juego? ¿Y si te aburres de mí? ¿Y si en realidad eres un capullo? ¿Y si sólo lo haces para darle celos a ella? ¿Y si es verdad todo lo que dicen? ¿Qué voy a hacer? ¿Qué hago si todo es mentira? ¿Y si me he expuesto demasiado?
¿Me habré autoconvencido de que te quiero o te quiero por qué si? ¿Acaso no es lo mismo? Y si me preguntan por qué te quiero, ¿qué les digo si no lo sé? ¿Y si no sé por qué te quiero en realidad te quiero? Creo que sí.
Me encantaría saber qué piensas, qué sientes, qué buscas... Me encantaría saber que soy para ti, por qué empezaste todo esto, cómo empezó y cuándo... Me encantaría que no hubiera tantos baches, tantas preguntas sin respuesta... Quiero confiar en ti, quiero pensar que todo es cierto, pero miles de voces me dicen que sólo soy un juguete, que tienes un plan perfecto y que cuando ya no me necesites para ello, me abandonarás a mi suerte. Pero yo te veo y no veo eso, veo algo, algo diferente que me atrapa, veo sensibilidad, veo cariño, veo tanto... Que no sé si lo que veo es real o lo creas para mí, para engañarme, para engañarles...
¿Qué les cuentas a tus amigos sobre mí? ¿Les cuentas cada lunes como he vuelto a picar? ¿Te ríes cada vez que me llamas cielo? ¿Planeas cada una de tus frases? ¿Te inventas cada beso? ¿Puedo ser tan tonta de no darme cuenta si todo es falso? ¿No la estás provocando a ella para que vuelva? ¿Para que sufra? ¿Puedes llegar a ser tan frío y calculador? Tú, el mismo que me abraza y me consuela, el mismo que cambia sus planes por mí, el mismo que yo veo.
Y yo que no quería cerrar mis puertas, yo que quería reírme de la vida, yo la difícil, la segura, yo la que elegía, la que nunca se pillaba, yo la que nunca se rayaba por ninguno, yo que me jure no querer todavía, yo la que me prometí que nadie me engañaría, yo la que no se enamoraba... Que hago si todo es una función, un chiste, un juego..."
Por qué nunca me lo preguntaste, por qué  nunca me contaste tus dudas y tus miedos, por qué te los callaste y actuaste como si no pasara nada. Ahora entiendo tus cambios de humor, ahora entiendo tus lágrimas a escondidas y tus idas y venidas, ¿por qué tanto dolor? ¿Por qué esta falta de comunicación? ¿Qué tengo que hacer para que vuelvas? O mejor dicho, ¿queda alguna oportunidad para mí? Cómo te digo que te quiero, que no hay otras, que tú eres la única, que ella ya no importa. ¿Si te cuento todos mis secretos los creerías o seguirías pensando que todo es un juego? ¿Qué hago ahora que te has ido y que no vuelves? ¿Ahora que te busco y no te encuentro? ¿Qué hago yo con mi corazón vacío? Te quiero, que lo sepas....

jueves, 5 de mayo de 2016

¿TE SUBES?

La vida es como una montaña rusa llena de subidas, bajadas, caídas libres y giros de trescientos sesenta grados.
Las subidas son lentas y nos dan tiempo para prepararnos y mentalizarnos para una próxima bajada. Las bajadas son rápidas y nos impulsan para realizar nuevos giros que nos marean y nos ponen todo cabeza abajo, pero llega un momento en el que volvemos a estar con los pies en su sitio y entonces vuelven las subidas, las épocas de recuperación y los momentos de descanso. De vez en cuando podemos encontrarnos alguna que otra caída libre que nos revuelve el estómago y nos hace caer al subsuelo, pero después siempre llega alguna curva que nos manda de vuelta al cielo.
La adrenalina de la subida, como las emociones en la vida, la soltamos de golpe, con un grito, mientras caemos y giramos. Los tramos rectos nos aburren, pero demasiadas subidas y bajadas nos cansan, así somos de inconformistas, lo queremos todo, queremos mantenernos en una constante cuesta abajo de alegría y diversión, pero ¡hay amigo! necesitamos subidas. Subidas que nos enseñen que todo es posible, caídas libres que nos ayuden a recapacitar y giros de trescientos sesenta grados que nos ponga la vida del revés y nos impulsen a probar nuevas experiencias.
Nos pasamos la mayor parte de nuestra vida aprendiendo, y yo me pregunto qué si en algún momento realmente dejaré de aprender, porque yo creo que no. La sociedad nos impulsa a estudiar, a ser los mejores de nuestro curso, a estudiar una carrera y tener matricula en todo, pero realmente eso ¿para qué nos sirve? Sí, es cierto, te sirve para tener un buen trabajo o mejor dicho para tener más posibilidades de obtener un buen trabajo. Yo creo que, teniendo en cuenta que la vida, como he dicho antes, no para de sorprendernos, es más importante disfrutar con lo que haces, aprender de todos los pequeños detalles, vivir viendo la parte positiva, no agobiarse con los problemas, ser objetivo... Y muchos me dirán, pero que fácil es decirlo y que difícil hacerlo, y sí, soy la primera que me agobio por todo, que cualquier cambio en mis planes es un dilema existencial, pero por intentarlo no se pierde nada ¿no? A mí siempre me han dicho que quien la sigue la consigue, así que deja de poner escusas para todo, ponte la mejor sonrisa que tengas y sal a comerte el mundo.