miércoles, 27 de septiembre de 2017

MI MEJOR AMIGA

Estamos sentados en la cama de su habitación, hacia mínimo dos meses que no nos veíamos, el verano nos había llevado a separarnos pero ahora, de nuevo en la residencia, habíamos decidido ponernos al día. Esta noche había fiesta en la parte trasera, nuevo curso, nueva gente, novatos, era la mejor excusa para estar toda la semana de fiesta. Hemos quedado aquí porque su habitación está más lejos de la escalera central y por tanto del ruido.

Tengo un vaso de cubata en la mano y no dejo de darle vueltas, llevamos casi una hora hablando y aún nos queda casi medio verano por contar, está emocionada contándome el viaje en caravana con las chicas, me da un manotazo sin querer que hace que mi cubata acabe en su camiseta. Nos reímos como si fuera lo más gracioso del mundo. Me informa de que va a cambiarse, se levanta de la cama, da dos pasos y abre el armario, se quita la camiseta de espaldas a mí, veo su espalda desnuda, tan solo el cierre del sujetador cubre una pequeña parte de ella, una zona más clara de piel sobre sale a ambos lados de este, está morena, mi mirada la recorre de abajo a arriba su cadera perfecta, tiene dos hoyuelos en los que me encantaría colocar mis dedos, pero qué estoy pensando es mi mejor amiga, mi mirada se pierde en su columna y la sigue hasta su cuello, las paletas le sobresalen, abre un cajón y al mover el brazo su cuello se tensa, es preciosa, me levanto y casi sin darme cuenta tengo las manos apoyadas en su cadera, mi boca acaricia su cuello y baja por su clavícula hasta el hombro, ella da un bote de sorpresa pero en seguida mueve la cabeza hacia la izquierda y la apoya en mi hombro de forma que me deja mucho más espacio para besarla, poco a poco separa la cabeza de mi hombro y se gira, es como si fuera a desaparecer en cualquier momento, se pone de puntillas y deja sus labios sobre los míos, están calientes, separó mis labios para que encajen con los suyos y mi lengua impaciente pide permiso para entrar, sus labios se abren y su lengua le da la bienvenida a la mía, tras un corto baile cada una vuelve a su boca y nos separamos, yo sigo con mis manos en sus caderas, ella deja de rodearme el cuello, no sé cuándo han llegado ahí sus manos, y las deja en mi pecho, nos miramos a los ojos lo que parece una eternidad y me pierdo en sus pupilas, sonríe, me encanta su sonrisa y la beso, es un beso corto, un simple roce, sus manos viajan descuidadas hacia mi pelo y masajea mi cabeza, vuelvo a besarla, esta vez entre abre su boca y mis dientes, ansiosos de participar en este festival de roces, atrapan su labio inferior, mi cabeza acompaña la iniciativa con un leve tirón, me tira del pelo, mis dientes la liberan y su boca se pega a la mía, las lenguas, que ya se conocen, bailan al compás del corazón, el beso se intensifica, nuestros cuerpos se juntan y mis manos acarician su espalda, sin separarme nos guío por intuición a la cama, me siento y se sienta encima de mis piernas, el beso interminable se vuelve más juguetón y menos cariñoso, me separo un segundo y me quito la camiseta sin dejar de mirarla a los ojos, se muerde el labio inferior y mi pulso se desboca, tiro la camiseta y mis manos se posan en sus mejillas, las acaricio y beso sus ojos, mis ojos se centran en su boca y con un leve empujón en el pecho me tumba en la cama, caemos de lado y el baile de las bocas es acompañado por caricias con las manos y exploraciones con los pies, la contemplo por un segundo entre beso y beso, caricia y caricia, nuestros pantalones han desaparecido y juntos piel con piel el tiempo se para, coloco mis manos a ambos lados de su cuello, sus piernas abrazan mi cadera, sus uñas excavan mi espalda, nuestros labios son uno y nuestras narices juegan a cruzarse, estamos totalmente pegados y el baile de nuestros cuerpos se torna perfecto.
Me tumbo a su lado y estiro mi brazo izquierdo, su cabeza reposa en mi pecho, su mano hace pequeños círculos en mis abdominales, nuestras piernas entrecruzadas, nuestras respiraciones se acompasan, beso su pelo y me quedo dormido.

Cuando me despierto seguimos en la misma posición pero ahora me mira, qué hemos hecho pregunta más como una afirmación que como una pregunta, mi cabeza no deja de darle mil vueltas a todo, lo que llevábamos mucho tiempo deseando, contesto finalmente, me mira como buscando la trampa, esperando que me levanté y me vaya, cómo no va a esperar eso si es lo que hago siempre y lo que le cuento siempre, pero ahora es diferente, acaricio su pelo y coloco un mechón travieso detrás de su oreja, eres preciosa digo casi más para mí que para ella, besa mi pecho y vuelve a recostar su cabeza.

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