miércoles, 13 de mayo de 2015

IMAGENES

Una imagen vale más que mil palabras.
Y es cierto, pero hay un problema, un gran problema, cada persona entiende mil palabras distintas. Es posible que algunas personas puedan coincidir en alguna que otra palabras de esas mil que han entendido, pero encontrar a una persona que entienda exactamente las mismas mil palabras que tú has entendido puede resultar imposible, pero todo es imposible hasta que se hace posible. Hablemos mejor de diferentes versiones de la misma imagen, eso sería mucho más correcto. Imagina que vas un día por la calle y encuentras en un banco de un parque una cámara de fotos encima de un libro, ¿tú qué entiendes ahí? Puedes ver simplemente eso, lo obvio; la cámara, el libro, el banco y el parque, quizá si te gustan mucho los libros te intereses por el título de este o si te gustan mucho las cámaras consigas adivinar el modelo, pero también es posible que no solo veas lo obvio, si no que le busques un sentido; si resulta que eres un artista, puede que pienses que eso esta ahí preparado para realizar una gran obra; si eres un psicólogo, tal vez, analices la colocación y averigües de este modo algún rasgo de la persona que o bien se lo ha dejado sin querer o quizás aposta;o si eres digamos un filósofo podrías deducir que ahí en ese banco, con un libro y una cámara, se encuentra la vida de una persona grande o pequeña; el libro es su historia, la cámara son todos sus recuerdos y el banco es el apoyo de su vida, lo que mantiene todo unido y no deja que caiga al suelo.
A si que sí, es cierto, una imagen vale mas que mil palabras, porque una imagen pueden ser infinitas en una misma, debes encontrar la imagen que necesites en cada momento y encontrar en ella todas las posibles variantes ayudándote de los demás, porque  puede que en tu imagen solo veas lo obvio, y quizás necesites al artista, al psicólogo o incluso puedes llegar a necesitar al filósofo.
Busca en cada imagen tu infinito y recuerda: encontrar a alguien que vea exactamente lo mismo que tú, es casi imposible, pero solo casi, y sobretodo ten en cuenta que la persona perfecta no tiene que ser necesariamente esa que vea las mismas mil palabras que tú, si no aquella que te ayude a comprender las mil palabras que tú has entendido.

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