Coge tu maleta favorita, esa que te acompaña en
todos tus viajes, en todas tus aventuras, la que te llevas para un fin de
semana y para un mes entero, esa que te define. Da igual que sea grande o
pequeña, de tela o de plástico, lisa o de mil colores, no importa.
Ábrela, vacíala, déjala sin nada, sácalo todo, extiéndela sobre el suelo, sobre
la cama o la mesa, donde quieras pero que no se caiga.
Sí, tú también te has dado cuenta, nos vamos de viaje, o mejor dicho, te vas de
viaje.
Ahora que ya lo sabes podemos empezar a hacer la
maleta. No te vas para unos días, te vas para toda tu vida. Y sí, sólo tienes
esa maleta que has abierto antes, no puedes cambiarla, ya es demasiado tarde.
Vamos a empezar, lo primero, te recomiendo que pienses muy bien todo lo que vas
a meter en la maleta porque una vez dentro no hay vuelta atrás.
Abre el armario, examina bien toda tu ropa, date una vuelta por tu habitación,
revisa cada rincón y ves eligiendo con cuidado las cosas más importantes, las
más grandes, las que más pesan y más ocupan, elige solo tres o cuatro cosas,
recuerda que hay mucho más, más pequeño pero también importante.
Piensa en eso que has elegido y ponle nombre. Tú eliges, pero piénsalo bien.
Ahora es el momento de aquello que te acompaña día a día, aquello que no
podrías dejar atrás, que es más pequeño pero aun así ocupan mucho. Coge seis o
siete pequeñas cosas, y colócalas con cuidado para que no se arruguen, el viaje
va a ser largo.
¡Momento del neceser! No tienes mucho hueco y aún
faltan más cosas así que no te emociones, coge lo más esencial, el cepillo de
dientes, la pasta, el desodorante y poco más... Todas aquellas cosas que
necesitas, para ser tú pero sin máscaras, sin maquillaje, sólo tú.
Casi estamos acabando, ahora tocan los detalles,
las pequeñas cosas que te hacen especial, que te ayudan a brillar y que te
entretienen. Piensa en todo aquello que te hace feliz y ves colocándolo por
cualquier hueco que veas. Para terminar, los zapatos, esto sí que es difícil,
habrá que hacer un poco de tetris para meterlos, piensa en todo aquello que te
hace poner los pies en el suelo y que a veces no te deja volar libre, pero
puedes poner dentro algún detalle que te haga volar lejos. Deja algún
huequecito para los suvenires del camino y algún capricho. Eso también es
importante, no debemos olvidar las nuevas experiencias.
Sólo falta cerrar la maleta, pero eso te toca hacerlo sin ayuda, no puedes
llamar a nadie que se siente encima. Haz lo que puedas pero ciérrala tú.
Y corre, corre porque el tiempo se acaba. El avión está a punto de despegar y
lo siento pero aunque en este viaje eres VIP, la vida no espera a nadie.
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